En varias ocasiones les he contado que en mi mudanza a Estados Unidos al igual que muchos tuve que guardar un rato mi título de periodista y realizar distintos oficios para poder comer, pagar renta y como quien dice agarrarle el gusto a eso de ser "inmigrante" cosa difícil de lo si.
Y aunque seguí soñando y haciendo méritos en otro lugar que no era mi casa para volver a mi carrera el camino no ha sido fácil, pero si satisfactorio. Y cuando digo satisfactorio me refiero a todo lo que tuve que aprender o recordar.
De hecho desde muy chiquita mi madre siempre nos dijo a mi hermana y a mi que el oficio que quisiéramos realizar en la vida lo tendríamos que desarrollar de manera eficaz sin mediocridad. Y eso lo traigo a colación en este mi blog de hoy porque esa frase a gritos de mi mamá se me quedó tatuada "si van a trabajar de zapateros sean el mejor, si van a ser barrenderos sean las mejores"; y así sucesivamente.
Ayer me acorde particularmente de esto porque decidimos ir a comer a un famoso restaurante de carnes y de verdad no mencionaré el nombre del lugar porque como dicen "la mala publicidad igualmente es publicidad " y no le haré bajo ningún concepto publicidad.
Debo empezar diciéndoles que desde que abrimos la puerta e ingresamos al lugar me sentí muy incómoda, ya que la primera frase que dijeron como cinco mesoneros al verme entrar con mi pedacito de luz en el coche fue al unísono "EL COCHE NO PUEDE PASAR". Les juro y eso creo que ya lo saben me convierto en maléfica cuando se meten con alguna de mis hijas y resulta que así me sentí.
Porque si bien puedo entender que por cosas de espacio o de lo que sea los coches podrían ser incómodos esa no era la forma de dar la bienvenida a unos comensales que seleccionaron su restaurante para comer existiendo tanto restaurante en esa área.
Y cabe acotar que el restaurante no es nada barato. También es importante destacar para ser justos que la comida es excelente, pero como también dice otro dicho que conozco "lo que hacen con la mano lo dañan con el pie".
Para no hacer el cuento tan largo, luego del desagradable recibimiento y de haberle demostrado que el coche se convertía en silla de carro (car seat ) pues el stroller doona es de alta tecnología y fue diseñado exactamente para ofrecer esa facilidad a los padres de andar solo con un aparato que cumple las dos funciones, nos sentamos en la mesa con el coche convertido en silla de carro y empezamos a mirar el menú y observar qué deseábamos comer. Mi hija y mi mamá se decidieron por vacío bien cocido una con papitas y la otra con arroz y papitas.
Mi esposo luego de una demostración de los distintos cortes de carne también pidió carne a medio término con vegetales. Y luego de pasar el mal rato, picar un poco de pan y tomar agua e ir al baño, me decidí y ordene una pechuga de pollo. Mi bebe que seguía dormida y todos que manteníamos una amena conversación fuimos sorprendidos por un chico del restaurante que insistía en llevarse unos pequeños platitos por aquello del espacio.
Allí también quede sorprendida porque luego de insistir con quedarme con el platito chiquito el chico igualmente se lo llevó porque creo que no entendió mi español caraqueño.
Bueno para ir al punto pueden creer que cuando empiezan a traer la comida los platos eran gigantescos, como para alimentar una familia de 10 personas, medio hasta pena porque yo viendo tanta comida pensaría que son unos trogloditas.
Claro y por qué pasó esto porque al ordenar la comida no existió eso que yo llamo hacer la milla extra y ponerte en lugar de la otra persona. No se me hace justo que un mesonero no sugiera a sus clientes qué platillo sería más conveniente. Y ojo no se trata de dinero ni de que la comida estuviera maluca, se trata que no es correcto que para que pagues más te dejen pedir tanta comida y que obviamente una familia de 5 integrantes jamás se podría comer en una sentada. En fin, lección aprendida y no me quedaron ganas de volver a ese restaurant más nunca.
Y lo que me queda es hacer mis sugerencias a los próximos visitantes del restaurant más famoso de carnes de esa área de Miami Beach para que estén más enterados de como es la cosa en el "concurrido restaurant".
Bueno mis amores y concluyo mi escrito de hoy invitándolos a que siempre hagan lo que pueden hacer para ser recordados con una sonrisa y no con un mal sabor de boca.