Vale la pena hacer un paseo por mi salud y los meses de pandemia, de hecho no había vuelto a escribir porque he estado documentado todo lo que leerán en mi segundo libro, primero Dios.
Desde marzo de este “2020” tan particular, a este mes de septiembre he tomado todas las medidas necesarias para mantenerme sana a pesar incluso de todas las críticas que uno recibe por las mediadas que decidimos ajustar a nuestra cotidianidad. Las vitaminas se han hecho mis mejores amigas, si antes las tomaba ahora me encargo de vigilar que todos en casa tomemos todos los complejos vitamínicos habidos y por haber.
En lo personal he cuidado mi sistema inmunológico desde antes del Covid-19 y ahora con mayor atención.
Dentro de lo que llamo “cuarentena obligatoria” estuve encerrada completamente hasta que fue necesario salir; abrí mis puertas luego de que las cifras de contagio bajaron y más sencillo que eso cuando empecé a entender que el virus se quedaría mucho tiempo más entre nosotros, tanto así que no existe una fecha probable de retomar aquella normalidad alejados de mascarillas y protocolos de distanciamiento.
Nada es contundente, nada es preciso, lo único real es que el virus estará y debemos vivir a su lado sin que nos toque. Al parecer este condenado virus es más inteligente que un Premio Nobel 🦠👀 . Esto es algo sin precedentes, pues todo a lo que el mundo entero ha estado expuesto, desde que yo estoy en esta tierra, no lo había visto en mi vida.
Es más mi gente, ahora mismo cuando septiembre se está acabando hablan de repuntes en España, lugar donde viven unos primos, exactamente en Madrid y donde al igual que en otros lugares la gente se hartó de la anormalidad y está haciendo su vida porque prefieren esto a los meses de encierro, Esta es una decisión tan personal y es el resultado de tantas cosas que han desestabilizado cada área de la vida de todos y cada cual lo maneja como mejor le parece.
Ayer hablando con uno amigo llegamos a la conclusión que durante este tiempo quienes deben haber tenido MUCHO trabajo son los psiquiatras, pues todo esto más que afectar el bolsillo y la economía mundial afectó la psiquis. Muchas personas recurrieron a quitarse la vida, muchos perdieron sus negocios de toda la vida y otros decidieron vivir “vivir” con todo y Covid.
A veces creo que hasta el coronavirus es una cuestión de actitud, ya que estar feliz, hacer ejercicio y dormir bien son entre otros elementos, los que mantienen el sistema inmunológico arriba. Siento que este tema del Covid y su manejo, las reservas de cada persona, los cuidados y maneras de vivirlo son muy personales.
Este es un tema que divide cómo si de política o religión se tratará, también sé que ha sido una prueba de resistencia. El Coronavirus es como esa forma de demostrarse cada cual, qué tan preparado estaba para lo inesperado, para una contingencia así de grande. Dios nos ha permitido evaluarnos, ver el tamaño de nuestra fe y el amor que le tenemos al prójimo.
Sin duda amores míos no sé cómo han llevado esto, pero es una temporada de retos y de agradecer lo que somos, lo que tenemos y hasta lo que vivimos, porque después de esto somos más fuertes. Y aunque lamento en el alma todas las pérdidas de las miles y miles de personas que han perdido un ser amado, también les digo cómo hija de un hombre que murió inesperadamente, que esos golpes de la vida nos hacen entender de qué estamos hechos y de lo que somos capaz de sobrevivir.
Ustedes son resilientes nunca lo olviden. Son personas con capacidad de adaptarse hasta al dolor tan terrible que el desapego produce.
Ya a este punto no sé si sea verdad que este virus de porquería tocará cada puerta por exactamente ser un virus. Yo por lo menos seguiré combatiendo este virus con mis tres elementos básicos para sobrevivir: Lavarme las manos, jamas dejar de ponerme mi mascarilla y fortalecer mi sistema inmunológico. OBVIO, evitar el virus lo más que se pueda, mantenerlo alejado y darle al cuerpo armas para batallar con el coronavirus si fuera el caso.
Para mí lo ideal es no contagiarme, pero si Dios quisiera que eso pasara prefiero que mi cuerpo esté fuerte y listo para cualquier desafío.
#cosasquesientecaro