Más divos que el propio Divo de Juárez

A lo largo de mis años en el mundo del entretenimiento me ha tocado ver de todo y cuando digo de todo es "de todo".
Hoy quiero hablar de un tema que siempre me ha llamado poderosamente la atención y es el caso de aquellos que seguramente quisieron ser famosos y nunca lo lograron y decidieron convertirse en algunos casos en su mano derecha y/o publicista o manager.
Si bien es cierto que manejar la publicidad y el marketing son algunas de las maravillas de las comunicaciones, también puede ser lo contrario; porque lo que es  un arte desde mi punto de vista, estas personas de las que les hablo precisamente arte no tienen porque en variados y repetidos casos es insólito el "divismo" con el que se desenvuelven.
Claro haciendo una que otra salvedad porque conozco a muchas personas que trabajan de publicista y son muy gente, muy amable, cualidades éstas que jamás puede faltar creo yo en ninguna persona que se lleve a un artista de la mano por este negocio del espectáculo. Y saben por qué lo digo? En efecto por aquellos que sienten que tienen a Dios agarrado por la chiva y en un
cien por ciento de los casos deben ser los seres más frustrados y tristes del planeta. De hecho son las personas qué tal vez dañan la reputación de un famoso. 
Uno como periodista tal vez tiene el vicio de suponer que la antipatía viene del artista cuando en la mayoría de los casos y se los digo con base, viene de estos seres que si bien son la conexión entre los comunicadores y ellos ( los famosos) también pueden ser los que te alejen de tener algún contacto con alguien qué tal vez es maravilloso, pero que la oscuridad de estos seres les quite brillo.
Incluso les cuento una anécdota me ha tocado ver en el presente a gente con la llegue a empezar mi carrera hace ya casi más de veinte años y me provoca reírmeles en la cara por la actitud tan vergonzosa a la hora de acompañar a una celebridad a una alfombra roja o alguna comida, evento, premio y pare usted de contar.
El caso y la moraleja de este asunto y es un poco lo que siempre digo a diario, cuando uno en cualquier oficio que desempeña deja de ser humilde y agradable es cuando en esencia te hace falta lo más importante para ser el mejor barrendero, el cantante más pegado, el zapatero más buscado , pintor o lo que sea " humanidad" , eso a lo que uno le dice "buena gente".
Es más por eso en la actualidad prefiero rodearme de gente tal vez más "gente" que talentosa, porque el talento se desarrolla, pero se es o no se es buena persona, no a medias. Y ojo cada quien tiene su percepción de las cosas, no pretendo cambiar a nadie . Vuelvo y repito hay publicistas y manager de managers...y antes de que alguien lo diga que le caiga el saco a quien le quede. Pero que feo que esos que en lugar de engrandecer al medio hagan pensar a las nuevas generaciones que para ser parte de la maquinaria de un equipo de un artista debes ser según ellos: odioso , de mirada perdida, de cara que todo le huele mal y de maleducados al no responder a un saludo, email y/o llamada.
Claro cuando es al revés la cosa cambia porque si ellos llaman debemos sentir que "San Pedro" mismo nos está llamando. Ay mi gente como decía  Andres Eloy Blanco "Lo que hay que ser es bueno y no decir que se es bueno".